En el mundillo periodístico a las personas que siempre tienen algo interesante que decir, o que generalmente tienen siempre alguna noticia que ofrecerte, se dice que son personas “que dan titulares”. Bueno, pues en el caso de Xavier Verdaguer, podemos decir que es una persona que da “tweets” (además de grandísimos titulares, por supuesto). Y aquí van algunos ejemplos:
“El equipo humano es lo más importante que tienes en la compañía”
“Emprender siempre es una apuesta ganadora: si te va bien, triunfas, y si te va mal, aprendes”
“El talento no se puede retener a la fuerza, es mejor que circule”
“Si tienes duda entre emprender o no hacerlo, no lo dudes: emprende”
Y así se desarrolló toda la hora (larga): tweet tras tweet, titular tras titular. Si una premisa era buena, la siguiente extraordinaria; si estabas de acuerdo con una idea, con la siguiente te daban ganas de aplaudir.
Comenzó Xavier diciendo que le había dado mucha pena no haber podido estar en San Francisco cuando mantuvimos la reunión con el director de su empresa Innovalley (desde aquí un abrazo agradecido a José Luis Agell, que nos recibió con los brazos abiertos) y rápidamente comenzó a desgranar lo que han sido sus catorce últimos años emprendiendo (12 en Barcelona y 2 en Sylicon Valley).
En 1997 montó su primera empresa y en el 2001 se arruinó. Así tal cual. ¿Y cuál fue el problema? Pues que montó una empresa que daba servicios a terceros, dos de sus principales clientes se hundieron con la crisis de las puntocom y le arrastraron a él en su caida (por impagos). A sus 24 empleados les dijo: vienen tiempos malos pero saldremos de ésta y a quien se quede conmigo le recompensaré. Se fueron todos menos dos, los recompensó y sacó una primera conclusión: el equipo humano es lo más importante que tienes en la compañía. La segunda fue que en vez de dar servicios, comenzó a desarrollar negocio propio y a venderlo a muchos clientes (diversificación).
No hace falta que os diga que triunfó y doce año después había constituido seis empresas. Lo de Silycon Valley en cambio fue casualidad. Se fue un mes a la Universidad de Stanford a hacer un curso y decidió quedarse a montar una empresa. (Personalmente no me extraña nada). Y en ello está ahora, en un proyecto apasionante de ropa inteligente (no dejéis de visitar su web) con zapatos que te indican por donde ir para llegar a tu destino y bolsos que recargan su móvil o tu Ipod.
A partir de entonces la conversación fluyó como entre amigos de toda la vida, le preguntamos de todo y él compartió, con una generosidad infinita, todas sus experiencias, sus reflexiones, sus errores, sus aciertos, sus previsiones, sus pensamientos, en definitiva su vida.
Acostumbrados como estamos a que la forma de actuar aquí sea más bien ocultista (no nos vayan a copiar o a adelantar en algo), es sorprendente esa visión de compartir que tienen los americanos, y que Xavier destacó en varias ocasiones. Ellos hablan constantemente de sus proyectos y de sus negocios, y con el tiempo, de algún sitio o de otro, les llega la ayuda.
Nos habló de los eventos de networking que se celebran en San Francisco (y que nada tienen que ver con muchos de los eventos de notworking que hacemos aquí); nos dio consejos para llegar a San Francisco con un proyecto bajo el brazo y comenzar a andar allá; nos explico su modelo de negocio; nos dijo que pensaba que hacer una app es relativamente sencillo y barato y que puede tener mucho futuro; y compartió una convicción: el e-commerce todavía no ha explotado, el futuro está en la venta on-line.
De verdad que escuchar a Xavier Verdaguer es sentir el espíritu #Nasf. ¿En qué sentido? Pues en el sentido del optimismo, en la convicción de que de las crisis surgen oportunidades (repitió hasta la saciedad que es un momento ideal para emprender), en la confianza de que intentarlo merece la pena, en la seguridad de que lo que no merece la pena es estar a disgusto porque hay mucho que ganar y menos que perder, y sobre todo en el hecho de que en manos de todos nosotros, la sociedad civil, está la responsabilidad de cambiar las cosas.
Creo que salimos todos inmensamente agradecidos a estas tres personas que compartieron con nosotros su tiempo, su experiencia y su saber, y creo que coincido con muchos si digo que, además de genios, demostraron ser excelentes personas de las que se aprende muchísimo, tanto a nivel intelectual como a nivel humano.
Gracias de nuevo a Agora Talentia por esta oportunidad y a todos los que seguís (seguimos) cofiando y compartiendo #Nasf.